
Cayó en mis manos el
Gulag Orkestar de
Beirut ¡Que buen disco! en serio, es una mezcla de géneros: el rescate de pre- rock pop, electrónico y una gran cucharada de estilo gitano del Este de Europa. Me decía Jota Ce que el disco sonaba muy feliz, no lo creo, lo cierto es que me hace feliz. Zach Condon, el vocalista del grupo (insólitamente nativo de Santa Fe, New Mexico) le imprime un sonido lastimero a la banda, como de boda yugoslava llevada a mal termino (Sí, con todo y Broz Tito de padrino). Violines, mandolinas, chelos hasta ukeleles se ensamblan de una forma tortuosamente bella. Las referencias inmediatas de
Goran Bregović me abaten cada vez que escucho Mount Wroclai o Elephant gun. A veces es tan placentera la melancolía.