Necesito vacaciones urgentes. Amigos y enemigos tienen razón, siempre que me largo es con un propósito fijo. Si consigo no sobregirar mis tarjetas cumplir cabalmente con los engorrosos trámites burocráticos en la pega, me voy de asueto a Bucaramanga y de paso me libero de la fobia que le tengo a los payasos.
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LOCO CIRCO DE LA VIDA
El proyecto nació en Mallorca y se concretó en Colombia. Mi cuñado Alberto que está en Illes Balears debe conseguirme las direcciones pronto, mientras tanto yo practicaré malabares con los bebés que me dejan cuidando. Tengo un número a lo Guillermo Tell que no practico desde el útero así que afinaré mi memoria y puntería, prometo ensayar sólo con sujetos inertes.
domingo, 30 de diciembre de 2007
Mitos (3 de 3)
Octavio insiste en decirme que está enamorado de la reencarnación de Lilith pero no le presto mucha atención. Espero ansiosa la hora de salir de trabajar. Si continúo así me terminaré la reserva de Antillano de todas las botillerías de la ciudad. Sigo pensando- ¿acaso seré alcohólica? es lunes y el barrio de noche se pone peligroso ¡Qué más da! Me pongo el abrigo y salgo por una botella. Ya no hay venta etílica, la restricción comienza a las 00:00 horas, el himno nacional en la radio me da la hora
“No debí presentarlas”, esa es la sentencia que no he logrado atinar en su significado más profundo. No entiendo como mi amistad con una de sus mejores amigas haya dado al traste con lo poco rescatable que teníamos. Sin darme cuenta me clavo una grapa en el dedo, la saco antes de que Joaquín piense que soy EMO. Tomo al gato que pasa frente a mí, lo acaricio aún sabiendo que me espera una urticaria atroz, me rasco, sangro y oculto mis brazos antes de que Joaquín piense que soy drogadicta.
Nunca mentí cuando le dije que entonces era inútil besar sus párpados para que conciliase el sueño. Noches enteras, quizá meses o años le habían consentido en ósculos el abandono de su vigilia. -¿Te recuerdo a alguien?-le pregunté tendida a su costado- No, créeme, tú no me recuerdas a nadie- entonces respiré aliviada.
El amor no es para siempre, decreto con las últimas gotas de licor sobre mi lengua. Que el amor agonizó, ya lo sé. Que no debimos insistir en ser amigos, estoy de acuerdo. Que verterle veneno en su bebida no fue bueno pero no me arrepiento. Que saludar a su ex novia en la salida de un cine fuera falta de respeto, no lo creo. Que si le dije que no era el mejor amante, lo confirmo. Que el que me hizo “ver las de Caín” fue otro, lo compruebo.
“No debí presentarlas”, esa es la sentencia que no he logrado atinar en su significado más profundo. No entiendo como mi amistad con una de sus mejores amigas haya dado al traste con lo poco rescatable que teníamos. Sin darme cuenta me clavo una grapa en el dedo, la saco antes de que Joaquín piense que soy EMO. Tomo al gato que pasa frente a mí, lo acaricio aún sabiendo que me espera una urticaria atroz, me rasco, sangro y oculto mis brazos antes de que Joaquín piense que soy drogadicta.
Nunca mentí cuando le dije que entonces era inútil besar sus párpados para que conciliase el sueño. Noches enteras, quizá meses o años le habían consentido en ósculos el abandono de su vigilia. -¿Te recuerdo a alguien?-le pregunté tendida a su costado- No, créeme, tú no me recuerdas a nadie- entonces respiré aliviada.
El amor no es para siempre, decreto con las últimas gotas de licor sobre mi lengua. Que el amor agonizó, ya lo sé. Que no debimos insistir en ser amigos, estoy de acuerdo. Que verterle veneno en su bebida no fue bueno pero no me arrepiento. Que saludar a su ex novia en la salida de un cine fuera falta de respeto, no lo creo. Que si le dije que no era el mejor amante, lo confirmo. Que el que me hizo “ver las de Caín” fue otro, lo compruebo.
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