lunes, 11 de junio de 2007
Premonición
Hace tiempo tuve un sueño premontorio. No los tengo con frecuencia, pero en esa ocasión me auguraba situaciones inquietantes. Lo primero que hice al abandonar mi letargo fue comprobar que mis extremidades siguieran donde mismo y cumplieran su función de forma expedita. Tome un papelillo y lápiz de mi mesa de cama y escribí desordenadamente las palabras que me remitían a mi onírica experiencia. Sin novedades: el gato que me logró domesticar, mi hermana llamando de larga distancia, la constatación de que el gato había muerto y/o ido con otra. En fin, al analizarlo no había nada nuevo, excepto la sensación de vértigo que no me abandonó. No me abandonó, cuando días más tarde lo comprobé, era mi hermana llamándome de larga distancia para decirme que había matado al gato que me logró domesticar, porque se había ido con otra. No me abandonó al recordar que lo había soñado. No me ha abandonado aún después que hoy soñé precisamente lo contrario, era el gato que me logró domesticar llamándo a mi hermana de larga distancia para decirle que me había matado.
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