lunes, 6 de agosto de 2007

Atenta respuesta


La Lorak y yo en un desfile de lencería.

Nunca me dediques un tango


El tango que traigo de timbre en mi celular me despertó a las ominosas 10:00 horas de la madrugada. Una voz con acento argentino desde el otro extremo de la conexión me espetó:
-Sólo llamo para recordarte que ya te olvidé- después de esto, colgó el muy cabrón.
El mensaje no pudo más que dejarme incómoda. Si ya olvido como fue que recordó recordar que ya olvidó; luego, qué infame concibe la idea de despertarme a tales horas; y por último, a que imbécil se ocurre equivocarse al marcar el número telefónico

***
Y aunque el olvido que todo destruye,
haya matado mi vieja ilusión,
guarda escondida una esperanza humilde,
que es toda la fortuna de mi corazón