"Sangra, muerto, sangra, devuélvele la calma al pobre cirujano, para que no tenga que emborracharse y hacer eses, dar de tumbos a ciegas, pasar por el horror de las ratas, el giro de los molinos y los cocteles de ron con naranja; sangra, para que él no termine reflexionando en el verano que hasta la propia Naturaleza está poseída de la temblorina, la ardilla neurótica y los gorriones que mordisquean la mierda donde los mulatos, los criollos y los cuarterones han pasado galopando entre la negra polvareda; sangra, para que él no tenga que ponerse a pensar en cuánto más hermosas son las mujeres cuando uno se está muriendo y se van deslizando por las calles bajo los tenues árboles, con los pechos meciéndoseles cual retoños bajo cálidas rachas de viento; sangra, para que él no tenga que escuchar el piojo de la conciencia ni el gruñido de hombres imaginarios, ni ver sobre las persianas toda la noche a los malvados espectros. "
De Piedra Infernal de Malcolm Lowry.
Cuando lo vi en sobre el retrete del depa dije "Ya valió madre". Debo moderar mi consumo de alcohol.
jueves, 10 de abril de 2008
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