Entre las series del fotógrafo holandés Erwin Olaf, Grief y Hope, demuestran una clara madurez respecto a sus primera expediciones visuales, tal es el caso de Chessmen o Mind of their own, esta última embiste al espectador con las penetrantes miradas de varios niños y jóvenes con discapacidad mental, el efecto llega a ser sumamente conmovedor incluso para aquellos defensores de lo políticamente correcto y detractores de la oligofrenia genuina.
Sin duda, la obra de Olaf no es fácil de digerir, sobre todo los títulos de Paradise en la cual el festival se convierte en pesadilla, con todo y payasos asesinos, la orgía consensuada abandona el erotismo y predomina la locura del ultraje. Pese a ello, la técnica impecable resulta completamente provocativa, aunque, realmente transgresora es la trayectoria de Erwin Olaf, quien se destaca por sus trabajos publicitarios limpios y bien cuidados para marcas como Heineken, Microsoft, Camel, Nokia, Audi entre otras, paralelos a su crítica a la doble moral, los tabúes, el consumo desmedido (muy buena la parodia en Fashion Victims), propios de esta sociedad contemporánea.
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