jueves, 20 de noviembre de 2008

De "espantos" y otras cosas

Felipe me ha puesto a pensar mientras le ayudaba a hacer su tarea. La lección era sencilla, escribir un cuento de “espanto”, la acción que detonaba la ficción era que se iba la luz. Comencé a hurgar en mi memoria situaciones semánticamente relacionadas con el espanto y la oscuridad a mis ocho años de edad: fantasmas que cantaban ópera, manos peludas de 6 dedos y garras atroces, vahos perceptibles emanados por seres invisibles, alienígenas hermafroditas, ratas gigantes cuyo líquido hemático infectaba a toda una población, la posibilidad de que mis padres murieran por combustión espontánea, anélidos viscosos chupándome los dedos de los pies, así sumida en mis remembranzas terroríficas Felipe me sacó del letargo –Ya terminé- revisé su cuento y realmente quedé petrificada. Ni vampiros, ni monstruos, ni cosas peludas voladoras, no había nada de eso en su cuento pero sí había secuestradores, militares y balaceras.

Bigote Revolucionario

Hubiera sido genial tener esa foto, enfoqué el objetivo, disparé y las malditas baterías no me hicieron el paro, sin embargo, la imagen de un tipo vendiendo BIGOTES (sí bigotes hechos de vaya uno a saber qué pelambre) a 10 pesos o un dólar (que no chingue el dólar está a 13) en pleno bulevar Benítez, se me quedó clavada en la retina. Imaginé a cientos de automovilistas cuya hombría ha quedado emasculada por sus frustrantes trabajos de oficina pagando por ellos. Me inventé una nueva e inocente estrategia de los narcos para pasar desapercibidos en sus F-150 pero bigote a la Groucho Marx. Seguí soñando con cientos de compradores potenciales que quisieran emular los tiempos de la Revolución y ratificar las contradicciones de nuestro sistema político mexicano ¡Pásele, pásele! Bigotes a 10 pesos o guan dólar. Quise comprarme uno y encerar sus puntas, acicalándolas, sintiéndome poderosa y revolucionaria. Cambie de opinión y creí que no sería conveniente a mi nueva imagen, más femenina, por eso ya ni me atreví a concebirme de filibustera. Pero si hubiera podido tener esa foto realmente sería genial.