miércoles, 18 de julio de 2007

Vuelta a la esquina

Hoy, hice limpieza total. Sacudí cada uno de los ejemplares de mi vida compartida y los volví a colocar en el librero. Desmenucé la basura que acostumbro ocultar bajo la alfombra, ya estaba haciendo demasiados bultos, tantos que me tropezaba si no encendía la luz.

-Caipirinha, zarandéate tú también, elimina todas las células muertas de tu arácnida humanidad- ordené a mi tarántula quien es mi único y falso vínculo con el pasado.

Cambié el voltaje de los focos, ahora me deslumbran menos y, curiosamente, veo mejor.

Tiré ese catre poco amable donde más de una vez comprobé que el paraíso no existe (el infierno tampoco), sí, lo tiré y de paso incendié hasta el último centímetro de su presencia. Sinceramente, me hizo sentir mucho mejor, un “peso de encima” se evaporó en cada voluta de humo.
Ahora sí, puedo dormir tranquila. Ya le di vuelta a la esquina y lo mejor de todo, es que ya no hay cabellos tuyos dispersos por mi alcoba.

3 de Octubre


De las colonias que visité en mi incipiente labor periodística (todo se lo debo a JC y a la Virgencita de Guadalupe), la que más me impresionó, sin duda, fue la 3 de octubre, no sólo porque su nombre tenga relación, aunque desfasada, con los sucesos de Tlatelolco, sino porque la gente, en su mayoría mujeres, se armaron hasta los dientes con tal de detentar un terreno que nadie quería (habrá que comprobarlo JC Dixit).

"Cuando llegamos la colonia era puro matorral, no había agua, ni luz, mucho menos vigilancia, pero ni falta que hacía porque todos nos cuidábamos. Al exgobernador Ruffo no le parecía que fuéramos invasores y varias veces nos mandó desalojar con violencia", me mencionó Francisca Rivera, quien fuera una de las fundadoras de la colonia.

"Fueron noches muy duras para las mujeres, nosotras cuidábamos de los niños, hacíamos guardia, teníamos nuestras claves secretas para evitar que esquiroles se metieran al campamento. Luchamos hombro a hombro con nuestros compañeros, incluso en una balacera, murió por desgracia un niño, una vecina que estaba embarazada y un joven quedó paralítico debido a la golpiza que le metió la chingada 'placa'. Comíamos lo que podíamos, a veces nos regalaban poquita leche para los niños y tortillas duras que doramos, la verdad con hambre nos sabía a gloria", me dijo seriamente María Cruz, otra de las fundadoras.

Cada año, el 3 de octubre, celebran una fiesta para conmemorar los logros que han traído a la colonia, desde servicios públicos, hasta ser un digno ejemplo de notas periodísticas, claro, y de recordar la balacera antes mencionada.

Curiosidades:
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Hace 2 años comenzó una asociación civil de puras madres solteras, cuya finalidad es traer beneficios para la colonia, entre ellos el seguro popular, programas de alcantarillado, creación de escuelas, escrituración y registro civil. El matriarcado es uno de los rasgos más evidentes de esta comunidad.

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Se encuentra la famosa iglesia del padre Rayito, que no sólo tiene su programa de radio y tele machacando las conciencias de los locales, sino que se congratula de coordinar las fiestas del 3 de octubre por medio de vendimias dominicales, así como haber ofrecido el "milagroso jarabe Padre Rayito" al Papa Juan Pablo II antes de que pasara a mejor (o peor juzgue usted) vida. Sin embargo, los católicos no son el grupo religioso más fuerte de la colonia y para muestra un botón, existen más de 15 iglesias no católicas donde el 70 % de los colonos "limpian su alma".

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El pasado 3 de octubre, no se celebró la fiesta tal y como se tenía acostumbrado, todo porque intereses partidistas se mezclaron en la organización, que lástima, la comunidad cumplía 15 años.

(luego subo fotos de la colonia, la verdad me dio hueva buscar, por eso, sólo puse una del niño que me dijo, cuando sea grande quiero ser periodista para que todos sepan de la 3 de octubre)