miércoles, 2 de julio de 2008

Madre de un adolescente



Salvo dos gatos callejeros a los que gustosa daba de comer cuando era niña, mi experiencia con las mascotas había sido nula. Desde hace un par de años tengo una tarántula bajo mi custodia. A diferencia de cualquier otro espécimen del reino animal una tarántula es fome, no realiza movimientos sorprendentes , no se hace ‘la muertita’, no siente afinidad por sus dueños, no realiza algún sonido específico al verte y nunca te traerá las pantuflas, sin embargo, hace un par de días al cambiarle su recipiente de agua -algo que hago por costumbre- casi pego grito al ver no una , si no dos Caipirinhas en el terrario, mi pueril lógica –la que empleo siempre que me cago de miedo- me hizo pensar que la Caipi había muerto en mi ausencia y de la misma forma que en La Posibilidad de una isla de Houellebecq el perro de Daniel era remplazado por un clon, alguien había colocado otra de repuesto olvidando retirar el cadáver.
Cinco segundos después recordé que las tarántulas mudan de exoesqueleto, en un proceso largo y delicado, el más excitante y definitivo además de verla comer, ese periodo en el que se despoja de la capa que la constreñía para revelarse en un piel nueva, más fresca, renovada y desde luego más peluda. Sin pensarlo tomé el despojo de mi arácnido y lo tiré a la basura dentro de una ziploc, siempre he pensado que es un estúpido sentimentalismo el que las madres guarden el primer dientecito que se le cae a su pequeño, mi bisabuela incluso guardó el cordón umbilical de cada uno de sus hijos. Aunque ahora me arrepiento y creo que en pos del morbo científico hubiera sido interesante observar de cerca el exoesqueleto, o quizá jugar algunas bromas tontas en mi trabajo.
Un clon de la Caipi, ahora adolescente, me deja entrever que es macho y una virtual preocupación por su futuro amoroso, encontrarle pareja, la cual de antemano sé que devorará a mi vástago una vez consumado el apareamiento. Un periodo difícil, complicado y definitivo el de la muda y yo me lo perdí. Ni modo, tendré que esperar otro periodo incalculable y estar atenta con mi cámara la próxima vez.

Si eres cardiaco o muy delicado, abstente de ver el video

5 comentarios:

Lady Mossad dijo...

Estoy conmovida por tus instintos aracnomaternales. Y cómo llegaste a la conclusión de que es araño, el araño de la Caipi..

Y sí hace movimientos extraños, a mi me llegó a acechar cuando le llevé unos bichos..

Atte. Tu madre.

Manuel Lomeli dijo...

He llegado aqui por influencia del Guero Salinas... lo que recomienda suele ser bueno, y no le falla por lo visto. Un saludo.

Carolina Burboa dijo...

Pinche morbo, no voy a poder dormir, pero es lo mas conmovedor que he leído de ti.

JIJA DE TU CHINGADAMADRE ME HICISTE REGISTRAR dijo...

vale madres. PUTAMADRE CON y sin minusculas.

que impresionante verte parir.

IMPRESIONNNNNNNNNNAAAAAAAAAAAANTE.


ESTO ES LO MAS OPROBIOSO QUE HE HECHO POR TI...

YA SABES QUE LA HAUPTSPIELLERIN DE LA PELICULA TIENE TU MISMO NOMBRE???

ahora solo falta que le ensennies a marcar el 066.


un post mas verga que el de los guevos rancheros.

Cuatroletras dijo...

Hay pocas cosas que me dejan con la boca abierta y en espera, esta es una de ellas, las otras te las cuento después.

Que post!!!! Le he visto tres veces y es que el mudar de piel así parece que duele, que todo se paraliza para ese cambio, hermoso, realmente hermoso.

Siempre es un placer leerte.