lunes, 7 de junio de 2010

La de ocho (en pleno día de la Libertad de Expresión)

He regresado a la rutina del café a deshoras; a la dulce irresponsabilidad de salir corriendo cuando se escuchan las balas, los eventos desafortunados y los puños al aire. Recordaba poco el amargo olor de la tinta, pero en cuanto llegué, regresaron todos aquellos recuerdos que parecían extraviados.
Ahora todo es más pequeño, el tamaño de las páginas y también la distancia entre cada uno de los que trabajamos en “La Redacción”. Sí, ya quería regresar, volteo a verme al espejo y me siento ridícula con tanto gadget que supuestamente facilitan mi trabajo, yo le sigo siendo fiel a la libreta y bolígrafo, seguiría fiel a mi taza de gorilas de no ser porque la he extraviado.
Llevo más de 12 horas trabajando , estoy agotada, la comida de doña carmen me ha hecho daño y aún así me siento feliz, he leído hoy todo lo que será noticia mañana y me encanta saber que eso no cambiará cuando despierte, la edición ya está en la imprenta y no hay poder humano que detenga esa suerte.

No hay comentarios.: